BECU vs. Criptomonedas
Criptomonedas Vs. BECU
Especulación Vs. Valor Real
El dinero no puede estar cambiando de valor por sí mismo. El dinero sirve para que las cosas tengan un precio, que no es lo mismo que el valor. El valor puede ser muy bajo, pero el precio muy alto y, viceversa: el valor puede ser muy alto y el precio muy bajo. Lo que es intolerable es que la vara para medir precio cambie de tamaño según las creencias de la gente.
El Banco Electrónico Central Universal o BECU tendrá en todo momento una sola moneda con un solo valor, fijo para siempre.
El precio de los productos es el que variará según la oferta y la demanda. Si la demanda es muy alta y la oferta no alcanza, el precio de las cosas subirá. Al contrario, si la demanda es baja y la oferta alta, el precio de las cosas bajará.
La diferencia, con el BECU es que todos los que requieren productos sencillos, tendrán manera de mostrar, qué es lo que están dispuestos o necesitan comprar. El capital será usado para responder a esa demanda indicada. El resultado será un mayor equilibro y constancia entre el precio y la cantidad de los bienes o servicios que se adquieran.
Si la población aumenta constantemente y no aumenta el número de unidades (llamemos U al tipo de unidade BECU), cada unidad U tendrá un mayor valor cada día. Si la producción es capaz de satisfacer la demanda de la población creciente, aumentando la producción conforme aumenta la población, entonces cada vez un U (uelo) valdrá más. Con un Uelo se podrán comprar más unidades de productos que aumenten su producción conforme aumenta la población.
Si la población disminuye, habrá más Uelo distribuidos entre menos gente. Cada persona tendrá más Uelo. Cuando la población humana aumenta, cada persona tendrá menos Uelo. Se formarían los Centuelo y Miluelo. La base siempre será el Uelo.
Lo que se puede hacer con un Uelo dependerá de la oferta y la demanda. La demanda será real en todo momento. No será nunca una demanda alterada por la desigualdad. En el modelo BECU no hay gente sin capacidad de compra de lo necesario. Esa demanda se seguirá dando. La demanda alta es invitación a usar más capital para producir lo que se demanda.
Eso es lo que se tiene que tomar en cuenta en todo momento.
Pero el planeta no es infinito. Hay un límite aritmético simple en cuanto a la cantidad que se puede producir de cada cosa.
Entra el juego el tema del reciclamiento. Así como la moneda mantiene su valor, lo que se compra deberá ser de mayor calidad. No vamos a buscar un modelo de producción artificial: que cada hogar compre una lavadora cada 5 años o un televisor cada 3 años. El sistema no requiere la obsolescencia planeada. El sistema debe buscar producir con calidad y durabilidad. El detalle consiste en que las fuerzas productivas no buscan producir en forma A o B; es la demanda la que indica qué es conveniente producir.
Hay leyes que se obedecen porque la naturaleza empuja las cosas en ese sentido. Son las leyes las que creamos los humanos que también deben obedecerse porque naturalmente la tendencia es a que así sea. Una de esas leyes es la de la oferta y la demanda. Si el sistema en que se vive obedece esa ley, las cosas funcionarán con mayor facilidad para todos en el sistema económico.
La ley consiste básicamente en producir lo que los consumidores demandan. El problema, como lo hemos analizado muchas veces, es la falla intrínseca a la economía de alto contraste entre los que más tienen y los que no tienen nada. Los que más dinero tienen, pueden demandar cosas superfluas y pagar por ellas precios elevados. Al mismo tiempo que eso está sucediendo, una grandísima parte de la población no puede ni siquiera demandar lo mínimo que requiere para sobrevivir. Así se forma la pobreza extrema. Al no contar con dinero, esa población de subsistencia se mantiene marginada; su marginación no puede mejorar porque no hay señal, desde la demanda, para indicar a la oferta qué es lo que debe producirse.
Eso es lo que tiene que cambiar.
El más grande disparate que ha diseñado el humano es la creación de mercados de monedas de naciones. La moneda de la nación A cuesta tantas unidades de la moneda de la nación B. Entonces se compran unidades de la B a ver si disminuyen las unidades necesarias para comprar una unidad de A. Esperar a que la demanda haga su trabajo y el precio de cada moneda se mueva según la ley.
Las monedas son varas para medir el precio de las cosas. Es un disparate pensar que tengo que se puede cambiar el tamaño del metro para medir distancias, según que a algunos les guste más o menos el metro frente al pie, la milla frente al kilómetro, etc. Si a más les gusta el metro, entro este tendrá menos pies en tamaño. Pero si deja de gustarle el pie, entonces el metro aumentará el número de pies que contendrá. Imposible sería medir las cosas si metros y pies, kilómetros y millas estuviesen sujetas al gusto de la gente.
Pues es lo mismo que se trata de hacer al variar el precio de las monedas con respecto a otros monedas. El presidente Bukele, de El Salvador, ha perdido una batalla. Jamás se puede usar una moneda especulativa, como el Bitcoin, para que todo mundo use al comprar una camisa, un par de zapatos, un automóvil o una casa.
Cuando se comience a operar el BECU deberemos diseñar una tabla del Uelo con unidades de productos reales. No será fácil, pero es algo que debemos lograr y luego mantener en sincronía con la ley de la oferta y la demanda en forma automática.
La oferta tampoco puede ser especulativa. El productor no puede conservar miles de unidades de un producto para soltar en unos días, cuando la demanda aumenta y, entonces, se puedan vender a precios más elevados. Para ello el sistema BECU, en todo momento, sabrá con toda certeza cuánto hay en existencia de cada unidad del producto. Si compra miles de productos una entidad, un humano o una empresa, el BECU sabrá en dónde están.
El algoritmo puede escoger uno de dos caminos: 1) considerar que los acaparados están fuera de circulación y no se venderán, haciendo que se produzcan más para que la demanda sea satisfecha; 2) indicando al consumidor quién tiene y en qué cantidad, dejando al consumidor y al acaparador tratar el asunto entre sí. El tema es que el BECU sabe e informa al consumidor que hay acaparamiento de parte de tal entidad. ¿Qué se puede hacer ante esto? Es lo que provoca especulación y transferencias de dinero por encima del valor-precio intencional de las cosas.
La venta de boletos en un estadio ¿deberá ser la misma desde el primer boleto hasta el último? Si los boletos van subiendo de precio conforme van quedando menos y esto se hace por costumbre en cada caso, habrá una compra masiva cuando salgan a la venta inicialmente; la mayor parte de los interesados comprarán al precio más bajo. Si no hubo mucha venta, incluso será necesario bajar el precio. Cuando esto se haga, habrá gente que la próxima vez esperará la avalancha de compras al precio natural inicial con la esperanza de que después bajarán de precio (por poca demanda). Sería una juego: una apuesta. A algunos les encanta esta emoción especulativa. ¿Se puede prohibir? ¿Regular? Algunos boletos, si el precio sube demasiado, se quedarán y no habrán sido vendidos, a menos que se bajen cuando se acerca el momento final y no se han vendido. Habrá 1000 inscritos para recibir aviso cuando queden 20 boletos rebajados. ¿Se les ofrecerá primero a los que más temprano se inscribieron? ¿Ofrecerán un precio y se les informará que se aceptó el precio?
Recordemos que el BECU puede otorgar créditos a las personas con objetivos concretos. Quizás no otorgue créditos para boletos de eventos masivos. Podrá otorgar crédito para temas libres, pero detener la compra si el total del dinero de la persona es producto de un crédito.
Acaparamiento
Se ha dado siempre: la gente acapara para el “día de mañana”. También para vender a un precio mayor al que se compró. En el BECU esto podría ser más atractivo, dado que el dinero no genera intereses por la forma misma en que todo el sistema está construido.
Es cuando más cuidado se debe tener de conservar el perfecto equilibrio entre la oferta y la demanda. Es la falta de equilibrio lo que provoca el encarecimiento, la inflación, la deflación, el acaparamiento, la especulación.
Todos los mecanismos del BECU están dirigidos a que la gente use bien las oportunidades que el sistema les brinda. Este cabal aprovechamiento de las oportunidades es lo que hace posible que las cosas funcionen con equilibrio y en forma justa para todos.
La Criptomoneda es Especulación
Realmente el tema de las criptomoneda es solo especulación. Lanzo hoy, recibo dinero y vendo las monedas digitales. Es mío. Tengo yo una cantidad X de monedas. Solo voy a vender la mitad. Y luego, cuando el valor vaya aumentando, ¡ya la hice!, dice el especulador, el que lanza las cripto.
No, BECU no es jamás un asunto especulativo. El valor de la moneda en todo caso, debe aumentar progresivamente porque provoca el equilibrio entre la producción y el consumo, entre la oferta y la demanda.
La demanda será en todo momento equiparada a la oferta. Si esto no sucede, alguna parte del sistema estará fallando.
La demanda artificial de productos que se creen necesarios o de valor es algo que debe evitarse. Esto se logra haciendo que la gente se dé cuenta en todo momento de qué es lo que realmente tiene valor y lo que no.
Estos temas son todos ellos infinitos y solo se verán finalmente resueltos conforme la gente esté actuando ya en forma definitiva dentro del BECU, aprovechando la funcionalidad en todo su valor.
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